¡Maiden para rato!
Gracias a Dios ya tengo en mis manos el último disco de la banda heavy metal más grande de todas, Iron Maiden, que con cerca de 30 años de historia aún me hace vibrar de la misma forma que con sus primeras producciones.
Al margen de lo fanático que siempre he sido de este legendario grupo, A Matter of Life and Death (Cuestión de vida y muerte) me sorprendió por la fuerza rítmica que muchos extrañaron en Dance of Death, el disco anterior, y me confirmó que Maiden sigue más vivo que nunca y que aún es capaz de conservar su estilo característico sin caer en la monotonía.
Espero con ansias otra gira mundial, como se hizo para los dos discos anteriores y así volver a tener la suerte de disfrutar del sonido de estos dioses en vivo, que siempre han sabido mezclar sus grandes éxitos con su último material de forma notable y que hace de cada presentación algo distinto.
Me atrevo a decir que, si es que no todos, la gran mayoría de los fanáticos de Iron Maiden, y del heavy metal, estará de acuerdo conmigo, pues sigue intacta la calidad de su música, la maestría de Steve Harris y compañía en la composición y acople de los ritmos y melodías, todo acompañado por la tremenda e inmortal voz de Bruce Dickinson. A Matter of Life and Death es la muestra evidente de que hay Maiden para rato.
Al margen de lo fanático que siempre he sido de este legendario grupo, A Matter of Life and Death (Cuestión de vida y muerte) me sorprendió por la fuerza rítmica que muchos extrañaron en Dance of Death, el disco anterior, y me confirmó que Maiden sigue más vivo que nunca y que aún es capaz de conservar su estilo característico sin caer en la monotonía.
Espero con ansias otra gira mundial, como se hizo para los dos discos anteriores y así volver a tener la suerte de disfrutar del sonido de estos dioses en vivo, que siempre han sabido mezclar sus grandes éxitos con su último material de forma notable y que hace de cada presentación algo distinto.
Me atrevo a decir que, si es que no todos, la gran mayoría de los fanáticos de Iron Maiden, y del heavy metal, estará de acuerdo conmigo, pues sigue intacta la calidad de su música, la maestría de Steve Harris y compañía en la composición y acople de los ritmos y melodías, todo acompañado por la tremenda e inmortal voz de Bruce Dickinson. A Matter of Life and Death es la muestra evidente de que hay Maiden para rato.
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